XXVI PEREGRINACIÓN 2019

PEREGRINACIÓN A PIE AL SANTUARIO, DESDE VILLARDOMPARDO, POR EL CAMINO VIEJO EL 7 DE JUNIO DE 2019

Peregrinación 2019

Ya está realizada la subida al Santuario de este año. Fue el día 7 de junio de 2019.
En el bar de Juan Fernando estuvo la lista para que se apuntara el que lo deseara.



La Asociación Romeros de Villardompardo celebró sus bodas de plata más 1 año con su XXVI subida a pie, en una sola etapa, desde Villardompardo al Santuario de la Virgen de la Cabeza. Así, 43 peregrinos de lugares como Villardompardo,  Arjona, Torredonjimeno, Jaén, Alicún de Ortega, Sevilla, Madrid, ... completaron con éxito una dura noche de marcha para postrarse a los pies de La Morenita. Este camino reforzó sus lazos de unión y marcó una experiencia inolvidable para todos los miembros del grupo
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Peregrinación 2019






PEREGRINOS  (Por orden en que se apuntaron)

  1.- Miguel Anguita
  2.- Pepe Anguita
  3.- Alonso González
  4.- Míriam Liébana
  5.- Cirilo Delgado
  6.- Mª Carmen Hernández
  7.- Fina Sánchez
  8.- Inés García
  9.- Cosme Álvaro
10.- José Álvaro
11.- Roberto Mozas
12.- Óscar Gil
13.- Paco Medina
14.- Rubén Armenteros
15.- Juan Calvache Gay
16.- David Cobos
17.- Antonio Cárdenas
18.- César Armenteros
19.- Javier Millán
20.- Manuel Amor Gutiérrez
21.- Francisco Barragán Serrano
22.- Francisco Barragán Quesada
23.- Manuel David Barragán Quesada
24.- Alberto Navarro Tirado
25.- Alberto Navarro Jaramillo
26.- Rafael Ortega Ramírez
27.- Bernardo Béjar 
28.- Blas Lanagrán Bazán
29.- Rosario Torres Barahona
30.- Lourdes Párraga
31.- Juan Carlos Mozas Gay
32.- José Valderas
33.- Belén Valderas
34.- Juan Alfonso Pedrajas
35.- Manuel Almodóvar Benitez
36.- Almudena García Portillo
37.- Carmen Arjona Jiménez
38.- Teresa Moya Lanagrán
39.- Luis Jiménez Hernández
40.- Ricardo Torres
41.- Agustín García Martos
42.- Juan Torres Portillo
43.- Víctor Espinosa
44.- Pedro Gay Calahorro
45.- José García Gay (conductor)
46.- Manolo Perea Liébana (copiloto)

A última hora se dieron de baja por distintos motivos: Fina Sánchez, Javier Millán y Luis Jiménez.

Desde aquí nuestro AGRADECIMIENTO a esos magníficos conductores y copilotos, que a bordo de la furgoneta de JOSÉ GARCÍA y el turismo de Cirilo, se sacrificaron durante toda la noche para que no nos faltase de nada en cada una de las paradas. Muchas Gracias compañeros.



Diseño camisetas 2.019









Estas son las imágenes de la camiseta oficial de este año. Más abajo podemos ver las fotos originales que se utilizaron para confeccionar las imágenes finales de la camiseta.






















 SUBIDA AL SANTUARIO VIERNES 7 DE JUNIO DE 2019




Hora prevista de salida: 20.30. Lugar, el habitual, Bar Lanagrán. Camiseta: color verde menta (Mint Green).

Para la parte delantera se ha elegido la imagen de un cuadro propiedad de Julia Gay Gay desde tiempos inmemoriales con las leyendas “XXVI Peregrinación al Santuario 2019” y “Romeros de Villardompardo”.

En la parte trasera y siguiendo con los hitos del camino, una composición con los carteles que nos vamos encontrando entre Andújar y el Santuario: Camino Viejo, Cuesta del Reventón, Los Caracolillos, Área de Descanso San Ginés, Arroyo del Gallo, Pilar del Madroño, Pino de las Tres Patas, Umbría de los Ruiseñores, Mirador Camino Viejo, Cordel de los Molinos y quizá el más desconocido o chocante para muchos “Passo Mortirolo”, el paso de los contrabandistas. Desde luego que no se trata de la mítica cumbre de los Dolomitas italianos, lugar donde en otros tiempos se enfrentaron las tropas de Carlomagno con los paganos insurgentes de la época, como también los partisanos con las tropas nazis, más recientemente. Se trata de una montaña que ha quedado en la retina de los amantes del ciclismo por las hazañas de los Chioccioli, el Pirata Pantani o Contador.Pero bueno que esto no va de ciclismo, que puñeta pinta entonces aquí esta montaña, la cosa es bien sencilla, uno de los veteranos de las peregrinaciones, el cabo Ramírez, hace tiempo que a la famosa subida desde Lugar Nuevo “Los Caracolillos” y dada su pendiente la bautizó con el nombre del “Mortirolo” o como dice algunas veces “El Mortorolo”.

Ahora que la primera ministra británica Theresa May, se ha empeñado en ejecutar el dichoso Brexit y dejar la Unión Europea, bueno será recapacitar un poco en que estos isleños siempre se han considerado muy suyos y han querido pocos tratos con el resto de Europa y ya no digamos con nosotros los españoles. Por eso, pensando que hace un poco más de 200 años nos retorcieron la oreja en la triste batalla de Trafalgar, por qué no retrotraernos en el tiempo e intentar reescribir la historia teniendo presente que, a buen seguro, con la ayuda de los villarengos y allegados, otro gallo hubiera cantado a la armada franco-española que sucumbió ante los “englishman” en las costas gaditanas.

“Cualquiera que fuese el fracaso que tuviste mientras recorrías la tierra con tus pies, el dolor por un sueño pasajero, la frustración por la felicidad esperada y que no llegó o la pérdida de una ilusión; y a pesar de las peores desdichas, la ausencia, el abandono o la soledad; en algún lugar, tal vez en otro tiempo, aguarde el consuelo de tu corazón y todo el amor que esperabas alcanzar y que nunca llegó en esta vida”. Con estas profundas reflexiones de su libro “Los baños del pozo azul”, el sacerdote y escritor Jesús Sánchez Adalid despedía a la expedición villarenga presta a iniciar su peregrinaje al corazón de Sierra Morena en pos de ese lugar y tiempo pasado. Antes de iniciar la marcha nos finiquitó con este consejo “Hay que respirar hondamente y esbozar una sonrisa, al reconocer en cada lugar y en cada tiempo la ansiedad, el miedo, la angustia, pero también las ilusiones, el amor y la amistad”.
Andad con Dios amigos, que la Virgen os espera, fueron sus últimas palabras.

20,30:  Este año parece que no hay ganas de juntarse. Es la hora acordada y la mitad de la tropa sigue sin aparecer. El encargado de la intendencia, el vicealmirante “Pepín” Villeneuve, comandante en jefe de la flota franco-española, está desaparecido y ni está, ni por ahora parece que se le espera.




COMANDANTE EN JEFE DE LA FLOTA “PEPÍN VILLENEUVE”

Dicen que como buen gabacho se está tomando unas copichuelas de “vin rouge”. Ya veremos por donde salimos con este tío, pues entre lo inútil que es, lo cobarde aunque al mismo tiempo temeroso fruto de su mayúscula ignorancia, nos tememos que al más mínimo incidente, nos vuelva la espalda y como “au royaume des aveugles, les borgnes sont rois (en el país de los ciegos, los tuertos son los reyes)”, decidimos seguirlo “bouche cousue (punto en boca)” y que sea lo que Dios y el destino nos tengan preparados. Pero hete aquí que, cuando menos se esperaba, de pronto y encaramado en el bauprés de proa cual Leonardo DiCaprio en el Titanic, aparece el comandante de la flota en el impresionante Bucentaure con sus 80 cañones que a primera vista acojonan, por qué no decirlo. Tanto la vela de trinquete, como la gavia de trinquete y el juanete de proa, ondeando al viento parecen saludarlo, desde luego está impresionante el gachó con su uniforme recién planchao (en la foto de arriba está como para ganar el Pulitzer). Pepín se queja diciendo que no es el único que falta, que también se le espera al Santísima Trinidad, el mayor barco de guerra conocido, con sus 136 cañones, al mando de D. Baltasar Hidalgo de Cisneros, alias “Alonso el Alicunero”.




GENERAL Y JEFE DE ESCUADRA D. BALTASAR HIDALGO DE CISNEROS, alias “Alonso el Alicunero”


Una vez todos en sus puestos y en perfecta formación, el grupo inicia la marcha, pero al avistar a los ingleses y como era de esperar el franchute Villeneuve vuelve a cagarla como hiciera en su día y para evitar que el enemigo le corte la retirada, ordena virar en redondo 180º para tener el objetivo a sotavento, con lo cual no hace sino ocasionar un apelotonamiento de naves, que a la postre será letal para nuestra suerte.

Repuestos del primer imprevisto, nos dirigirnos al monumento de la Ruta del Pastor, allí entonamos los primeros vivas a la Virgen. La expectación es máxima ante los lugareños presentes, si exceptuamos un orgulloso capellán del navío extranjero de 74 cañones L’Intrépide, al mando del comandante Louis-Antoine-Cyprien Infernet, que acomplejado o tal vez avergonzado, se mete en la primera puerta que encuentra sin tener la gallardía de, al menos, dar la bendición a los valerosos marinos que van a luchar por su patria.
- Mehó zolos, que mal acompañaos –suelta uno de Barbate.

Este año los famosos jacobeos tampoco tienen interés en seguir en la formación, yo pa mí, que estos tienen intención de pasarse al enemigo. Ellos dicen que quieren ir a Setenil de la Bodegas de turismo, pero me temo que sus intenciones son las de liquidar aquella pequeña población gaditana por tener en una de sus calles el nombre de “Gibraltar español”. En tiempos pretéritos los ingleses Towsend, Cumberland y el Mayor Dalrymple, habían hablado de la importante ruta comercial que pasaba por aquí, y claro, querían trincarla. Como son muy finos, pretenden engatusarnos y recordando las peripecias taurinas del año pasado, se inventan el cuento de que quieren ver en Setenil al famoso torero setenileño Perucho, pero lo que no saben es que los villarengos somos más listos y a través de nuestro paisano Manolo Arjona residente en aquellas latitudes y nuestro amigo Joaquín Robles que también anduvo por allí, nos hemos informado de que Perucho murió hace cuatro años de una corná en la sobaquera en la plaza de toros de  Graná.

Por fin el contramaestre, siguiendo instrucciones del almirante, da la orden de partida y la comitiva se pone en marcha. El piloto y el timonel que están junto a la bitácora fijan latitud y longitud y ponemos rumbo a Escañuela, claro que desde la distancia el mismísimo comandante Arjonilla, ruge diciendo que está hasta los mismísimos güevos (con perdón) de que la flota la mande un gabacho, pero transige, que remedio. Por fin la bandera de Villardompardo es izada en el pico de la cangreja. Adelante, que todavía el viento rolará un par de cuartas a popa antes de que se haga de noche. Así que el timonel mete caña a sotavento y las velas de popa se tensan arrastrando la nave.

Veinticinco somos los conmilitones que enfilamos la Cruz de Arjona, dejamos atrás el monumento al peregrino y atacamos el alto de la Marmota. Antes, nuestro compañero Paco, ha entrado en el cementerio a saludar y ofrecer una oración por el alma de uno de nuestros antiguos peregrinos.
Estamos en ruta, el vigía de proa suelta un gargajo y avisa de que Escañuela está a tiro de piedra.

22,05:  Es de noche y hemos llegado sin novedad. La escuadra se acerca al muelle de poniente y trata de incorporar marinería por las buenas o por las malas, aunque se consigue todo lo contrario. De unos de los barcos se baja Javier Ramírez, buen marinero pardiez, pero parece que se ha cagao al ver los preparativos del combate. Por más que lo intentamos no conseguimos incorporar a ningún escañolero, otra vez será.





Breve parada para repostar algo de agua y se da orden de que desplieguen los juanetes pese al mal estado de los masteleros. La marinería subida en los marchapiés suelta los matafiones de las velas superiores y el viento que venía del poniente y que comenzó a rolar ligeramente del sur nos empuja suavemente.

- Sus órdenes, mi contramaestre – exclama el pilotín con una voz atiplada que delata sus pocos años.

Arjona nos espera en lontananza, esperemos completar allí la tripulación pues de lo contrario esto va a ser un desastre.


23,44:  Hemos llegado a Arjona. El cabo Ramírez que habíamos mandado como avanzadilla en una balandra para llevar a cabo una leva por las buenas o por las malas, nos informa de que ha incorporado a la tripulación gente de todos los pelajes, que no estaba la cosa como para elegir, así que en fila nos encontramos con médicos, sangradores, enfermeros y asistentes de convalecencia, artilleros, marineros, además de presidiarios, gavieros, artilleros de preferencia, artilleros ordinarios, marineros aplicados, meritorios de pilotaje, grumetes, bodegueros, pañoleros, timoneles, reposteros del Comandante, esquifazones de falúa, bote, lancha y serení, carpinteros, calafates, armeros, faroleros, buzos, cocineros, mendigos, campesinos y demás gentes de mal vivir, prácticamente todos sin experiencia, no ya en el manejo de las armas sino en navegación. Entre ellos el propio cabo Ramírez, su hijo Javier el que se escaqueó en Escañuela y al que su padre consiguió recuperar hablándole de las bondades de la paga y los ascensos por méritos de guerra y los 6 Barragán, marineros duros donde los haya, que en combates anteriores como el del cabo de San Vicente, Finisterre o Espartel, habían derrochado pundonor y coraje.

La nueva recluta es incorporada al Rayo de 100 cañones, al Santa Ana de 114, al Bahama de 74 y al San Juan Nepomuceno, también de 74 cañones, comandado por el brigadier Cosme Damián Churruca “Anguita”, que estaban más faltos de personal.



BRIGADIER COSME DAMIÁN CHURRUCA “Anguita”


No quedan aquí las buenas diligencias del cabo Ramírez. Como también tenía la mosca detrás de la oreja, nos cuenta que ha estado investigando sobre los jacobeos y ha averiguado, que días anteriores hicieron parada en nuestra vecina Portugal y que allí habían vendido a la oficialidad inglesa la patente de las carronadas, las bombas de achique de doble émbolo y las llaves de chispa para la artillería, inventos muy notables para la época, al mismo tiempo nos comunica que a lo chita callando estaban usando los puertos portugueses como bases y depósitos para los navíos británicos, suministrándoles toda clase de pertrechos para sus barcos. Nos dice también que no sabe los barcos de que disponen pero que seguro que en su flota está el buque insignia al mando del vicealmirante “Pedrín” Nelson, navío de línea de 104 cañones distribuidos entre los 30 de la primera cubierta, los 28 de la segunda, los 30 de la tercera y los 4 del castillo de proa. Dice también que a buen seguro le acompañan, al menos, el Britannia de 100 cañones, el Royal Sovereign de otros 100 y el Temeraire de 98. Menudo plan tenemos, ya veremos cómo salimos de esta, si es que salimos.

Mientras tanto el talento del Villeneuve, se ha ido donde el Matalahúva pues dice que se va a comer un bocata de calamares en recuerdo de Antoñito Salazar. Sus allegados le han oído decir que quiere preparar una hilera de navíos para, presentando el través, cañonear desde sus costados a los ingleses. Pero claro, esta táctica es complicada pues formar una línea de 33 navíos, como se pavoneaba de comandar el francés, requiere tiempo y que los vientos reinantes sean favorables.

En vista del cariz que está tomando el asunto, D. Baltasar Hidalgo de Cisneros, alias “Alonso el Alicunero”, comandando el Santísima Trinidad, se asoma por el foso del combés y ordena que pongan a refrescar abajo la cerveza por lo que pueda pasar, le importa poco, que como le acaban de comunicar, la driza del contrafoque esté o no tensa.


FIN DE LA 1ª PARTE..


00,18 El personal una vez comido y bebido anda un poco reacio a reemprender la marcha, por lo que el contramaestre desde la batayola y a grito pelado intenta poner orden en la tripulación. El brigadier Cosme Damián Churruca “Anguita”, señala a la estrella Polar, que como siempre al Norte, en la vertical de la amura de babor, nos señala el camino. 

-    Adelante – ordena ante el abandono momentáneo de su puesto de mando, por culpa de los calamares, del vicealmirante Villeneuve.

Poco a poco la flota se va completando, se nos unen en este tramo los franceses Mont-Blanc de 74 cañones, Indomptable de 80, Formidable de 80 y Neptune también de 80. También vemos aparecer a los españoles Monarca de 74, San Justo de 76, Príncipe de Asturias de 118 y Argonauta de 92. Esto huele bien, esta vez creo, que a los ingleses se la vamos a jugar. Como ya conocemos la historia, el General y Jefe de escuadra D. Baltasar Hidalgo de Cisneros,  alias “Alonso el Alicunero” ordena, bajo pena de ser lanzado por la borda, eliminar del vocabulario de marinería la expresión de que todo lo que puede salir mal, con total seguridad, saldrá mal, pues hemos averiguado que el muy puñetero y dueño de la conocida Ley de Murphy, es inglés y como tiene la lengua muy larga y también muy lúcida su pluma, el cabo Ramírez le ha cogido un documento en el que pone algo así como “The victorious british fleet, and the vanquished fleets of France and Spain” (La victoriosa flota británica y las flotas vencidas de Francia y España) y claro ha hecho sospechar que nos la quieren plantar. 
En esto que aparece el HMS Victory, el  buque insignia de la flota inglesa y Nelson desde la batayola de la toldilla observa el trajinar de sus oficiales y marineros. Vedlo aquí con su flamante uniforme oliendo a alcanfor, con sus zapatos de charol que acaban de enviárselos desde Cubero y las charreteras sobre sus hombros con esos flecos brillando al viento, recién traídos de Fournieles:

 
 


               ALMIRANTE Y JEFE DE LA FLOTA INGLESA HORACIO "PEDRÍN" NELSON

Se aprecia perfectamente esa sonrisa picarona de Nelson que a simple vista no significa nada, pero si volvemos a mirar con detenimiento la primera foto, la del vicealmirante Villeneuve, podremos observar cómo su brazo derecho no existe, la bocamanga está disimulada y escondida bajo la banda que le cruza el pecho, pues hace ocho años en el asedio a Santa Cruz de Tenerife perdió el brazo y todo gracias a nuestro paisano el general Antonio Gutiérrez “El Chicho”  uno de los primeros peregrinos. La cosa está clara, hemos conseguido realizar una transmigración de cuerpos con lo cual Pepín Villeneuve es ahora Pedrín Nelson y viceversa, ya decía yo que esta vez  íbamos a cambiar la historia y la victoria sería nuestra.

Ante la vuelta que ha dado el asunto, el nostramo Bernardito mira al cielo y recuerda sus buenos tiempos en tierra firme echando de menos su choza de melonero, la calima del verano, la barcina, bielgos, palas, la parva, el abaleo, el zurear de las tórtolas, el rastrojo, la era, los mulos en la besana, el relente de la madrugá al entrar la paja  y desde el alcázar del navío británico Dreadnaught de 98 cañones,  le hace una seña con la mano a su compadre y contramaestre Lanagrán en el  Polyphemus inglés de 64 cañones, saludo que más bien suena a despedida y para siempre. Amén, añadimos nosotros, esta vez estáis listos. Pero sacando pecho, nos manda una andanada desde la amura de babor. Como efecto más inmediato, derriba el juanete de proa del Neptuno español de 80 cañones y una esquirla del palo de trinquete se lleva por delante la punta del apéndice nasal del guardiamarina Medina.

-    Me cago en Nelson, me cago en su pérfida madre y me cago en toó el Peñón de Gibraltar  y que conste que no lo hago en sus monos vayamos a que me denuncien los ecologistas - explota con la sangre chorreándole por el pescuezo.

En vista de los zurriagazos que los desesperados y despechados ingleses nos están largando, no queda más remedio que largar todo el trapo, lo que hace flamear tanto velacho como gabias y salir escupidos en dirección al Salado, donde esperamos camuflarnos algo entre los carrizos.

01,35 Hemos llegado al carril, virada por avante. En el Argonaute, navío franchute de 74 cañones, ascienden a su verga la señal de reunión junto a la carretera y forzando velas nos aproximamos al Montañés y al Bahamas españoles de 80 y 74 cañones. Ambos empiezan a izar por la driza hasta el penol de la verga de mesana la bandera que indica “parada y a repostar”.

01,44 Parada junto al carril de la recta del salado. La verdad es que hace fresquito a estas horas. A pesar de salir este año diez minutos más tarde, hemos neutralizado ese retraso y estamos en tiempos. Pepe llama a D. Baltasar Hidalgo de Cisneros, alias “Alonso el Alicunero”, para que se reagrupe con el resto de la flota a la vera del Guadalquivir, pues nos ha prometido nuevos navíos con los que completar la formación. Son cerca de las tres de la madrugada y nos estamos aproximando a Las Vegas de Triana. Como novedad este año, han iluminado la carretera que va desde Las Vegas al cortijo Triana, en las inmediaciones de la escombrera nuclear. Nos hacemos ilusiones con el paso sobre la vía, pero no, se ve que hasta las próximas elecciones no toca hacer un puente que minimice los riesgos al atravesar a troche y moche todos por los raíles del tren, así que a toda leche pasamos “le chemin de fer” en palabras de Villeneuve y nos acercamos a la dársena del Guadalquivir en Andújar, donde fondeados vemos al Plutón, al Fougueux y al Redoutale, los tres barcos franceses de 74 cañones y a los españoles San Agustín, de 80, al San Francisco de Asís de 74 y al San Ildefonso también de 74, barcos que completan la flota de navíos españoles que suman en total 15, sin contar alguna que otra fragata y cierto número de bergantines.

03,15 Atracamos en el muelle de Andújar con cinco minutos sobre la hora. Junto a los barcos atracados están esperando para reincorporarse a la tripulación los guardiamarinas José Valderas, Belén Valderas, José Álvaro y su esposa Inés, Cosme Álvaro, Alonso González y Manolo Amor. Por contra se dan de baja momentánea alegando caguitis ante el combate, perdón daños intestinales por los alimentos en salazón durante la travesía, artritis, peste del mar, avitaminosis, úlceras y hemorragias diversas, los siguientes marineros: Míriam  Liébana y Pedro Gay. Nuestra heroína de otras guerras, Teresa Moya, cuando iba a embarcar y viendo el desorden de la escuadra y la línea de navíos sotaventados que presentan unos costados muy a tiro y tras sentir los crujíos y ver los  fogonazos del británico  Royal Sovereign de 100 cañones y más de 800 hombres a bordo anclado junto a la desembocadura del Jándula, se lo piensa dos veces y decide reincorporase a la batalla cuando nos acerquemos a la bahía de San Ginés.

03,40 La flota, no completa del todo, abandona el puerto y como buenos marineros nos dirigimos al Cuadro de la Virgen en las confluencias de la calle Calancha, Jesús y María y Carrera de la Virgen. Allí entonamos una salve marinera y pedimos por la victoria, que esta vez y vistas las circunstancias no se nos puede escapar. Antes comprobamos que las primeras escuadras de barcos que salieron con cierta premura, ya por la flojera del viento, ya por una mala dirección de sus contramaestres, cogieron rumbos que más que otra cosa parecían alejarlos adrede del combate. Se internaron por las calles del centro de Andújar y por poco aún están dando vueltas. Nos dicen, en su descargo, que se han perdido por los caños de Meca, los caños de Andújar o por los caños en la bajada al Puente del Villar cerca de la Dehesa. Unos caños no muy bien señalizados y que los canales y la neblina los han confundido. Yo creo más bien que nos querían dejar plantados y dejarnos solos frente a los ingleses.

-    Proa a San Ginés, si es tan amable – le espeta el brigadier Cosme Damián Anguita al timonel.

Nada más sobrepasar la Pontanilla observamos por la amura de barlovento tres navíos enemigos, el Ajax, el Minotaur y el Spartiate, los tres de 74 cañones que se dirigen mura a babor con la intención de doblar al Bucentaure de Villeneuve y al San Juan Nepomuceno, del brigadier Cosme Damián Churruca “Anguita”. De un pepinazo este último desarbola el mastelero de velacho y la cofa de trinquete, cortando bastantes obenques del Minotaur.

-   Je, je, je – exclama el brigadier con una sonrisilla – esto va bien.

Pero claro los hijos de la Gran Bretaña no están mancos y el Tonnant inglés de 80 cañones que se había unido a la lucha le endilga un zurriagazo a nuestro Neptuno que le derriba el palo de mesana, que en su caída golpea con fuerza al guardiamarina Medina ocasionándole una conmoción, en primera instancia, que a la larga le hará abandonar la lucha en San Ginés muy a su pesar.

La travesía es dura pues los vientos no nos son nada favorables. Por el mirador de Juan el Fontanero, el San Ildefonso con el aparejo en facha y para disparar bien, se pone a forzar la vela y a orzar, pero la escasez de viento impiden la maniobra, eso hace que quede a tiro de piedra del inglés de 74 Swift-Sure que de un cañonazo le derriba el mastelero de velacho y de un segundo disparo sea la cofa del trinquete la que caiga  destrozada y eso que el timonel al ejecutar la orden de ceñir un poco más el viento consigue desenfilar el resto de la arboladura del barco enemigo.
El cabo Ramírez grita a los servidores de la segunda pieza de babor, en el primer puente, que hagan fuego.

-    Así me gusta, con un par. Caña, caña y caña -les chilla más que decirles, debido al ruido.

Desde la atalaya de San Gines nos hacen señas de que el horizonte está despejado y que las dos puntas de lanza de la flota inglesa están chaqueteando pues no consiguen romper del todo nuestra línea.

06,25  La escuadra por fin toca puerto en San Ginés. La misma hora que el año pasado aunque hemos tardado seis minutos menos que el año anterior. Allí nuestros compañeros de la intendencia han instalado en la cubierta del combés la cocina, pero como hay temporal, esta no se enciende por la peligrosidad de los balanceos del barco y la ración que toca es fría, eso sí, a cada uno nos tocan cuatro cuartillos de agua y vaya usted con Dios amigo.

 


                              RACIÓN FRÍA Y TRES CUARTILLOS DE AGUA NA MÁS


El guardiamarina Medina y uno de los artilleros Barragán, ya no pueden más y abandonan el barco, su destino, el hospital de campaña, pues las heridas sufridas en la lucha les hace imposible un mínimo de resistencia. Por contra vuelven a ocupar sus puestos, bien en la toldilla de popa como en las baterías del segundo puente Pedro Gay, Míriam Liébana y Teresa Moya. Hasta la victoria o la muerte, gritan los tres al unísono.

Como si de un despiste se tratase, el Santísima Trinidad al mando de D. Baltasar Hidalgo de Cisneros,  alias “Alonso el Alicunero”, hace un amago de avería al salir de San Ginés e informa mediante banderas al buque insignia, que se ha convertido en una boya, vamos que derribada su arboladura, es ingobernable, ha perdido su autonomía y se mueve, pues eso igual que una boya, a donde quiera que el viento lo quiera llevar. Esta es nuestra jugada maestra con la que esta vez sí, vamos a derrotar al enemigo. Pepín Villeneuve, o sea Pedrín Nelson, que como dijimos están traslocados, bueno, que el uno es el otro y el otro es el uno, o como leche sea que ya me estoy liando y como no me aclare todavía la jodemos y los muy puñeteros nos la  endiñan otra vez y nos vuelven a colocar otra Trafalgar Square en la mismísima plaza villarenga del Llano. Que cruz Dios mío con estos marinos que solo piensan en dejarlo todo bien anotado en el cuaderno de bitácora y acogiéndose a la gracia de S.M. Carlos IV, una vez rendidas cuentas de la refriega, el primer ministro Godoy los trate, en el consiguiente posterior consejo de guerra, con clemencia y descargue toda la responsabilidad, como siempre, en sus pobres subordinados, que solo suelen abrir la boca para decir sí señor, a las órdenes de usía señor, o poco más, señor. Por cierto y para los estudiosos de la historia del Villar, decir que de esta batalla en la que nos metió el ínclito de Godoy proviene el nombre primitivo de nuestro estadio de fútbol, recordemos “Rocafuerte” y es que el primer ministro mencionado, amante de las faldas, amante de las reinas, amante de Pepita Tudó, le concedió a esta el título de vizcondesa de Rocafuerte, título que nos pasó a los villarengos por ayudarle en Trafalgar y nosotros como buenos súbditos, pues eso “Estadio Rocafuerte”, claro que con la llegada de la democracia y su reconversión en centro multideportivo,   multidisciplinar y multitoo y lo que venga, lo han rebautizado, oyendo el clamor popular, en Complejo …., bueno ahora no me acuerdo.

Como decía que nuestra jugada maestra en el Santísima Trinidad, es cambiar los obsoletos cañones y munición tradicional, por material de última generación y solo adelanto algo por no dar pistas al enemigo, los cañones irán montados sobre cureñas de cuatro ruedas, cureñas de madera cortada en la luna menguante de invierno, como mandan las ordenanzas desde luego. Eh, ¿qué te parece el invento? El cañón agarrado a la cureña con las muñoneras y maniobrando con las gualderas, las conteras  y los palanquines, asegurar una potencia de disparo superior a la tradicional. En cuanto a la munición, vamos a cambiar la bala esférica maciza de hierro colado por un nuevo invento de COINVILL (Cooperativa Industrial de Villardompardo), la bala encadenada, las balas huecas cargadas con explosivos y el no va más y novísimo invento del maestro  de fragua de la cooperativa al comprobar la cantidad de casquería que había por el suelo, recortes de chapas, tornillería varia en desuso, puntas de electrodos sobrantes, etc., etc., todo ello convenientemente atacado, actuaría a modo de metralla y entrando por las portas o barriendo las cubiertas, haría grande daño al personal contrario. ¿Qué tal el plan? Aquí vemos al intendente que sentado en el cabulero del trinquete otea el horizonte, mira las grímpolas de los mástiles para ver como anda el viento y sin que nadie se dé cuenta  coloca de extranjis los nuevos descubrimientos al Alicunero en la bodega.





                                 CARGANDO EN LA BODEGA LA NUEVA MUNICIÓN

07,17 Desde la cofa del palo mayor, léase el balconcillo del monumento al peregrino, el vigía observa como las señales se van sucediendo en los palos de trinquete y mesana del Bucentaure, indicando que el arroyo del Gallo está más seco que el ojo de un pirata inglés con pata de palo y parche en el ojo y que la batalla decisiva, de producirse, será en el puente del Jándula, pero como dejó dicho Julio César en su Guerra de las Galias “Cuando lleguemos a ese río, ya hablaremos de ese puente”.

08,00 Le hemos ganado veinticinco minutos al pasado año. Imaginamos que momentos antes se habrá producido el bautizo de Pedro Gay, nuevo en esta contienda. En el grupo de retaguardia si hay una grumete a quien bautizar y dado que el páter oficial, el guardiamarina Medina, está y por primera vez, fuera de combate, será su compadre el alférez de navío Cosme Álvaro el que oficie el acto y reciba su bautizo de guerra Carmen Arjona, peregrina que toma el relevo de uno de los primeros peregrinos, su padre Juan Francisco del Monte Carmelo, experto marinero y que durante las travesías en que participó ejerció de maestro de velas.


  BAUTIZO DE CARMEN, HIJA DEL MAESTRO DE VELAS, JUAN FRANCISCO DEL  MONTE CARMELO

08,27 Descanso en Lugar Nuevo. Desde luego y por mucho que se demore, amigo Julio César, el puente está que bulle. Se nos unen los últimos navíos gabachos, el  Scipion de 74 cañones, Berwich, Achille, Duguay-Trouin y Aigle todos de 74 y el Algésiras de 80. Ya estamos todos los 18 franchutes y los 15 españoles, como decía Pepín Villeneuve los 33 de la flota combinada, pero en vez de formar su famosa y fracasada línea, es el brigadier Cosme Damián Churruca “Anguita” el que manda a unos aguas arriba y a la otra mitad aguas abajo, con lo cual vamos a pillar en el centro del puente a los 27 barcos de que se compone la flota inglesa. 

El inglés Colossus, nada más entrar en posición, nos suelta una andanada por la amura de babor que se carga los amarres que sujetan el palo de mesana, tirando a la toldilla de popa las velas de sobremesana y mesana de nuestro San Justo (obsérvese el acojonamiento ante el inicio del ataque, pues varios marineros se han agarrado como han podido a esos cabos para no caerse por la borda. Menuda tropa llevamos, ¿verdad que con ellos ni esto es guerra, ni es ná?, menuda chapuza). Un nuevo zambombazo inglés arranca el mascarón de proa y abre un boquete preocupante en el Argonauta. Pero tranquilos, todo está controlado. La jugada consiste en ir cebándolos y que se vayan concentrando en el puente. 

Nosotros a estas alturas del combate, simple fusilería y a encajar sus cañonazos, de eso se trata. El cabo Ramírez al ver suelta la vela mayor de su embarcación, da orden de que se sujeten los obenques del mastelero mayor, vayamos a leches y que en caso de necesidad, muy probable por cierto, haya que echar los pies, vamos las velas.

La mañana es hermosa, una ligera brisa disipa el humo de los cañonazos y podemos divisar, de pronto, el Santuario. Eso sí, toda la marinería anda escondida, pues entre las balas de los fusileros y las de los cañones, ya lo ha pregonado el sargento mayor Roberto Mozas, maricón el último y a fe que le han hecho caso, todo el personal tanto los del castillo de proa, como del alcázar, como de la toldilla de popa, anda desaparecido. 
Tras toda la noche de encarnizada lucha el Príncipe de Asturias arría la bandera, lo que supone su rendición. Quien lo iba a decir todo un tres puentes arrasado, abatido y como el que no se consuela es porque no quiere, hay quien dice que todo ha sido porque un zurriagazo le ha dado de lleno en la santabárbara y a la “pute merde”, el Asturias patria querida.

-    Hay que ver, que bien están mordiendo el anzuelo- ríe con estruendo el general y jefe de escuadra D. Baltasar y tal y tal y cual “el Alicunero”, escondido junto a sus cerca de mil hombres de su barco, en el túnel de acceso al puente de Lugar Nuevo, estos isleños se la están tragando, los vamos a pillar en el mejor de sus sueños gloriosos y esta vez va a ser la nuestra.

En esto que el Bucentaure de Villeneuve, recibe otra andanada por la proa y también a la “puñeté”. Qué barbaridad, aunque estamos intentando cambiar la historia, parece que va a repetirse lo de 1805 y no vamos a tener arrestos para cambiarla, conociendo los errores del pasado.  
Pero cuando totalmente abatido el buque insignia francés va a arriar su pabellón, llegan los villarengos y conmilitones a bordo del Santísima Trinidad y Nuestra Señora del Buen Fin, con sus cuatro puentes llenos de peregrinos y “el Alicunero” da orden de disparar toda la chatarrería que lleva. Ahí es ná, 136 cañones escupiendo tornillos, recortes de gradas de discos, trozos de arados oxidados, virutas de hierro de los tornos y todo el cobre de la calderería que se pudo reunir en la última requisa. Y eso nos es todo pues los cuatro obuses de 48 libras con cureña puestas sobre corredera, que también llevaba, empezaron a vomitar metralla proveniente de las canteras del Higuerón y Cerro Fernandico. A las primeras de cambio, el vicealmirante enemigo Nelson (el de verdad, no el traslocado) pierde su segundo brazo, bueno el brazo y todo lo que estaba unido a él, que, si me entendéis, que hay grumetes pequeños y está feo dar detalles. En resumen, el Victory desarbolado del palo de mesana, desmontados muchos cañones, barridos por la novedosa y nueva metralla “made in Villar” tanto los servidores de las piezas, como los infantes y fusileros de cubierta, agujereado de balazos los de mayor y trinquete y la santabárbara ardiendo, arrió su pabellón y el segundo de a bordo, ante los destrozos a la vista, rindió la flota.

 


    EL SANTÍSIMA TRINIDAD CARGADO DE VILLARENGOS TODO SONRIENTES TRAS                     LA  VICTORIA (27 PIEZAS HEMOS HECHO A DESPECHO DEL INGLÉS)

-    Los hemos hecho picadillo -gritan al unísono los comandantes de las naves francesas y españolas que quedaban aún para echar cohetes.
-    Quesquesé se merdé? - grita Villeneuve viendo el destrozo y que acaba de despertarse sin enterarse de que le hemos retorcido la “orejé a los inglesés”.

Por unanimidad, los comandantes en jefes, acuerdan y ya que Inglaterra aún pertenece a la UE, eliminar la famosa Trafalgar Square de Londres y en su lugar dedicar la plaza más importante de Villardompardo a conmemorar esta nueva batalla, por consiguiente, la plaza de la Constitución, por imperativo legal, pasa a denominarse “Piccadilly Circus Square”, perdón “Plaza del Circo Piccadilly”, que es como hemos dejado a los ingleses, hechos un circo y picadillo.
 
08,40 Henchidos de emoción y medio colocados aún por el humo de la pólvora, dejamos atrás el puente y Lugar Nuevo y atacamos, como en una nube el Mortirolo del Cabo Ramírez. Breve parada en el pino de las tres patas y en la Umbría de los Ruiseñores, donde recordamos a los peregrinos caídos o heridos y tras vislumbrar la casa de Marmolejo, el  Santuario.

10,18 Estamos en el arco que da principio a la calzada. Llamada a casa para dar noticias de la victoria alcanzada.

Miguel, tras la alianza con los franceses, no tiene este año problema en comprar sus famosos piticos “franceses” de barro.
Tras un pequeño refrigerio, nos dirigimos al camarín de la Virgen para rezarle y darle gracias por la victoria conseguida, ahí es ná, 50 kilómetros de una tacada. Ya en la lonja la foto oficial del grupo.

Este año desde la empresa Fernández nos solicitaron adelantar la salida al máximo, pues estamos en época de comuniones y hay bastante demanda de autobuses y en vista de que nos ponen buen precio, hemos hecho todo lo posible a lo largo de toda la noche por ir ganándole tiempo al reloj.

11,24 Salida en un el bus de los lacasitos de 55 plazas de la empresa Fernández de Andújar que nos esperaba arriba junto al monumento a la Virgen de la Paz. En Andújar se quedan Alonso que después de la victoria ya sueña con los entorchados de general y José Valderas, Parada en Arjona donde se bajan los bravos Barragán, unos enteros y alguno con metralla por el cuerpo tras la lucha

13,00 Llegada al Villar y a descansar.

-    ¡Oye Pepe! - dice Miguel – ahora que recuerdo la historia, me doy cuenta que tú te has cargado al Príncipe de Asturias y has sobredimensionado lo que hizo el Santísima Trinidad, cuando la verdad es que este tras perder a más de 200 hombres fue apresado y se hundió con el temporal posterior a la batalla, por contra el Príncipe de Asturias solo perdió unos 50 hombres y consiguió llegar a Cádiz, eso sí, con la mayoría de su arboladura derribada y empujándose solo con las velas del palo de trinquete.
-    Sus órdenes, brigadier Cosme Damián Churruca “Anguita”, cojo la goma de borrar, elimino todo lo escrito y empiezo de nuevo la historia de la peregrinación de este año. Espera un poco que ya voy.

Hora prevista de salida: 20.30. Lugar, el habitual, Bar Lanagrán. Camiseta: color …..............

MI MÁS SINCERO RECONOCIMIENTO A ARTURO PÉREZ POR ABRIRME AL MUNDO DEL MAR Y SU TERMINOLOGÍA





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Y... después de la peregrinación ya van llegando las fotos de José Anguita...