Técnicas para caminar

Si tenemos costumbre, sobran los comentarios, pero para quien no la tenga, le indicamos que es conveniente, por supuesto dependiendo de múltiples factores (edad, peso corporal, de la mochila, etc.) empezar suavemente, nunca con prisas, hasta que el cuerpo se caliente. Cuando se acelere, con marcha regular y continua, dentro de lo posible, con paso suave y rítmico.
También es conveniente antes de empezar a andar, realizar algunos estiramientos, especialmente de las piernas, colocándonos con las manos contra la pared, e ir apoyando paulatinamente toda la planta de los pies, hasta notar una cierta tensión detrás de las rodillas, a medida que el cuerpo se va acercando al suelo.
Es muy posible que el propio Camino nos obligue a realizar paradas muy frecuentes, para ver algún monumento o iglesia, realizar cualquier pregunta, sacar alguna foto, etc., pero, en principio, deberíamos descansar cuando menos diez minutos cada hora o dos horas, o más si fuera necesario. No obstante, el mismo cuerpo, la climatología o cualquier otra circunstancia, nos lo indicará o pedirá.
TecnicasMientras se camina hay que mantener siempre un paso que nos resulte cómodo, que nos permita sin ningún tipo de esfuerzo poder mantener una conversación. Caminar tiene que llegar a ser tan natural como respirar, que lo hagamos sin darnos cuenta.
En terreno llano, vayamos con nuestro paso normal, ni demasiado largo ni demasiado corto; en las subidas, puesto que no tenemos prisa, con más corto y lento, acaso aflojándonos el cinturón de la mochila para poder respirar mejor, y apoyando el pie con la totalidad de la planta en el suelo, para evitar sobrecargar determinadas zonas.
En las bajadas y siempre que el piso nos lo permita, con paso largo y rápido, clavando bien los tacones y quizás apretando un poco más la mochila a la cintura para que nos descansen los hombros.
Terminaremos dando sobre un millón de pasos, pero no tenemos que descuidar ninguno yver dónde ponemos el pie; un solo paso mal dado nos puede obligar a retirarnos; por tanto, especialmente cuando vayamos por terrenos accidentados, de piedra suelta o guijarro, deberemos estar atentos al pisar.
Por supuesto, si vamos en compañía de alguien que tenga el paso más rápido, no debemos tratar de seguir su ritmo, pues en sólo unas horas, nos puede dejar destrozados; será conveniente, por tanto, que el que mas ande, se coloque el último y no marque el ritmo.
Es conveniente ayudarse tanto en las subidas como en las bajadas con el bordón, que, además, hace menos monótono el andar.


Entrenamientos previos al Camino

A pie

El Camino a PieYa hemos tomado la decisión y, por tanto, tenemos que empezar rápidamente con los entrenamientos; al Camino, dentro de lo posible, tenemos que ir a disfrutar de lo mucho que tiene, nos tenemos que concentrar en él y su filosofía, que la tiene, y muy rica por cierto, yolvidarnos de la fatiga, ampollas y pies.
Si no estamos muy acostumbrados a andar, al principio deberemos empezar con paseos cortos, que se irán alargando progresivamente, especialmente los fines de semana, si es posible con salidas al monte, para habituarnos a las subidas y bajadas, hasta que lleguemos a dominar la distancia que creemos será la de las etapas a realizar.
Las últimas salidas las deberíamos realizar con la mochila cargada para irnos haciendo a su peso, y a la vez nos puede servir para darnos cuenta si el peso que llevamos es excesivo, pues es muy distinto hacer un domingo 25, 30 ó 35 Km. llegar a casa, ducharnos, dormir en nuestra cama y al día siguiente seguir con la vida normal. Sería conveniente en los últimos fines de semana, tratar de andar con la mochila el viernes por la tarde y hacer el máximo de Km., el sábado lo mismo, y de nuevo el domingo con el equivalente en Km. de las etapas previstas; si lo hacemos sin grandes problemas, llegar a Santiago sólo será cuestión de días.
Hay que tener en cuenta que el auténtico entrenamiento lo realizaremos en el propio Camino, y nos será más fácil hacer 40 Km. en el último tercio del recorrido, que 25 en el primero.
No obstante, para los que no hayan tenido posibilidad de entrenarse antes de empezar, indicarles que el mejor entrenamiento es la propia realización del Camino, pero que en su caso, deberán empezar de forma muy suave y, poco a poco, aumentar las distancias, en la seguridad de que el propio cuerpo nos avisará si estamos actuando correctamente.

El cuidado de los pies
AmpollaDesde el primer día de los entrenamientos, tenemos que dedicarles una atención especialísima, pues son ellos los que nos tienen que llevar aSantiago, y si los mimamos, nos llevarán sin ningún problema.
Es importantísima la higine y lavado de los pies; por tanto, al terminar la etapa del día, caso de no poder ducharnos, cuando menos deberemos lavarlos cuidadosamente.
Para evitar las ampollas, todos los días antes de comenzar a andar, les aplicaremos un poco de vaselina, especialmente en y entre los dedos, planta y talón.
Todos los días, después de darnos la vaselina, bien limpios, ponernos los calcetines de algodón sin costuras, si llevamos zapatillas, y si llevamos botas, además de los de algodón, otro par de lana, también bien limpios, pase lo que pase.
AmpollaCaso de ampollas, los médicos no lo aconsejan por entender que es un sufrimiento innecesario, pero es muy efectivo; quemar una aguja de coser para estirilizarla, y atravesar la ampolla con la aguja en la que previamente habremos enhebrado un hilo, dejando el hilo dentro de la ampolla para que drene, y cortándolo por los extremos a un par de centímetros de la ampolla.
Recordar también que no es conveniente ducharse antes de empezar a andar, especialmente con agua caliente y durante mucho tiempo, pues la piel de los pies se queda arrugada y es más propensa a las ampollas.
Por el contrario, ningún inconveniente en cuanto a refrescar los pies en una fuente o riachuelo por corto espacio de tiempo, teniendo la precaución de secarlos muy bien; la mejor forma es que se sequen al aire.


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